BIOGRAFÍA DE VICENTE PAREDES GUILLÉN
Vicente Paredes Guillén nace el 12 de enero de 1840 en la localidad de Gargüera donde su padre, Diego Julián Paredes Gil, ejerce como secretario del Ayuntamiento. Posteriormente su familia se traslada a Valdeobispo, donde el cabeza de familia trabajará también como secretario. Vicente era el mayor de 5 hermanos (tres varones y dos hembras). La condición de funcionario de su padre junto con algunas posesiones de tierras les permitía llevar una vida desahogada y por ello tener posibilidad de dar formación universitaria a sus tres hijos varones: a Vicente la de Arquitectura y a Dionisio y Marcial la de Farmacia.
Desde muy joven destacó por sus habilidades para el dibujo, cualidad que perfeccionó gracias a su profesor José María Diez de Olivares. En Cáceres cursa sus estudios secundarios, asistiendo además a clases de dibujo en la Academia de Rafael Lucenqui. Fue Lucenqui quien aconsejó a la familia que iniciara Vicente algún estudio universitario relacionado con el dibujo o las Bellas Artes. Pese a que Paredes tenía más vocación hacia las Bellas Artes, sin embargo, será su padre quien le indique que siga los estudios de Arquitectura que podían ofrecer mayor seguridad económica que las Bellas Artes. En 1868 obtiene la titulación de arquitecto por la Escuela Especial de Arquitectura de Madrid. En el mismo año obtiene plaza como arquitecto provincial con carácter interino y así, en 1869 trabaja en Trujillo. En 1870 su padre es asesinado lo que motiva que su carrera profesional se paralice momentáneamente, al tener que hacerse cargo de asuntos familiares. Este hecho determina su traslado a Plasencia donde ocupa los cargos de arquitecto municipal y diocesano. En 1879 cesa su actividad como arquitecto diocesano y continua trabajando para el Ayuntamiento para el que realiza obras siguiendo las nuevas ideas higienistas y urbanistas de Ildefonso Cerdá y Carlos Mª de Castro, como el proyecto de alcantarillado de la Puerta del Sol o la de Talavera en 1890. Como arquitecto municipal realiza también la Plaza de Toros y el antiguo Mercado de Abastos. En Don Benito (Badajoz), es autor de 2 iglesias neohistóricistas con estilos medievales: Santa María y San Juan Bautista.
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En 1894 abandona su cargo como arquitecto municipal para dedicarse con ahínco a la investigación. En 1897 recibe el nombramiento de Académico correspondiente de la Real Academia de la Historia. Vicente Paredes formó parte de la generación del 98 de intelectuales extremeños, con muchos de ellos mantuvo estrechas relaciones de amistad como lo prueban sus múltiples cartas con personajes de la talla de Sanguino Michel, García-Plata de Osma, Daniel Berjano, Publio Hurtado y otros de renombre nacional o internacional como J. Leite de Vasconcellos, el padre jesuita Fidel Fita y Colomer, el abate Breuil etc. Gracias a su labor en la Academia pueden darse a conocer artículos o descubrimientos arqueológicos de la región. Cuando Paredes llega de Madrid con su flamante título de arquitecto se da de bruces con una Extremadura pobre y atrasada y donde, producto de la desamortización de Mendizabal, se estaba ejerciendo un proceso de expolio y destrucción del patrimonio. Con este panorama no es de extrañar que intentara tomar contacto con intelectuales de su talla.
Además de cómo arquitecto D. Vicente Paredes destacó por su faceta como escritor, ensayista e historiador. Gran aficionado a la arqueología, epigrafía, numismática, la historia del arte o la heráldica, escribió numerosos artículos para revistas y periódicos y es autor de diversas publicaciones como "Origen y Nombre de Extremadura" (1886), "Los Zúñiga, señores de Plasencia" (1909) etc. Además fue uno de los fundadores de la "Revista de Extremadura" a finales del siglo XIX.
Además de como arquitecto D. Vicente Paredes destacó por su faceta como escritor, ensayista e historiador. Gran aficionado a la arqueología, epigrafía, numismática, la historia del arte o la heráldica, escribió numerosos artículos para revistas y periódicos y es autor de diversas publicaciones como "Origen y Nombre de Extremadura" (1886), "Los Zúñiga, señores de Plasencia" (1909) etc. Además fue uno de los fundadores de la "Revista de Extremadura" a finales del siglo XIX.
También ejerció labores de "archivero" salvando de la destrucción muchos archivos, reuniendo en su casa gran número de documentos, manuscritos o impresos. En este campo cabe destacar la labor que hizo en Plasencia en el caso de los archivos judicial y notarial. Siguiendo las recomendaciones de Paredes, el notario Pio Torres Hernández adquirió 6 cajones grandes de madera para conservar ordernados los protocolos por siglos. Fue el propio Paredes ayudado por el alguacil del Juzgado quien realizó las tareas de empaquetado y ordenación. Trabajó también organizando el Archivo Municipal ubicado en unas instalaciones poco adecuadas y también en el diocesano. De ambos archivos se conservan en nuestro Archivo numerosos vaciados de fichas catalográficas y transcripciones de documentos. Muchos de los documentos que conservó llegaron a sus manos a través de regalos o mediante la compra a traperos, chatarreros o anticuarios de Madrid.
Las leyendas también tuvieron en él gran atracción, así publica en 1915 Orígenes históricos de la leyenda "La Serrana de la Vera" y "Auto al nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. El amante más cruel o Serrana Bandolera.
Durante los últimos años de su vida se ocuparía también de otra actividad que le apasionaba: la arqueología junto con la historia o el coleccionismo de antigüedades. Gracias a la Comisión Provincial de Monumentos, creada en 1844, se llevan a cabo dos proyectos muy importantes: la publicación de la Revista Extremadura y la creación del Museo Arqueológico Provincial para el que el propio Paredes hizo donación de algunas piezas. Dentro de la Comisión de Monumentos fue un activo colaborador trabajando con ellos en equipo en las llamadas "excursiones arqueológicas". Sus investigaciones y trabajos en el campo de la arqueología se relacionan más con este espíritu excursionista que con los de una arqueología rigurosamente científica. Así realizó estudios sobre Alconetar, Caparra, Valle del Ambroz, o un proyecto de reconstrucción del Teatro Romano de Mérida. Desde 1906 se dedicó al estudio de la Vía de la Plata lo cual ha quedado plasmado en dibujos, apuntes, planos etc. Hizo también un estudio de los caminos prerromanos en cuyos planos va indicando la localización de los toros de piedra o verracos que él relaciona con la trashumancia. Gran amante también de la mitología se interesó en sus escritos por los amuletos de la fertilidad del dios Priapo, al tiempo que adquiría uno de ellos, o por el Hércules Segoviano.
Hombre de complexión fuerte con una gran capacidad para el trabajo y viajero incansable fue el único de sus hermanos que no contrajo matrimonio, viviendo siempre solo con la única compañía de su ama de llaves, Irene Pérez Salúa. Su talante político le hizo militar durante varios años en el partido libreral. En algunas ocasiones firmaba sus escritos bajo el seudónimo "VED PERSA".
Muere el 31 de enero de 1916 a causa de una hemorragia cerebral haciéndose eco de esta noticia toda la prensa regional y dando prueba de su generosidad, en su testamento, hizo donación de todo su legado poniéndolo a disposición de todos los extremeños.